2016 será el primero en diez años que los dos impuestos ligados a la vivienda, Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (AJD), consigan cumplir su objetivo de recaudación (7.898 millones de euros), un cantidad que, no obstante, es la mitad de lo que la Hacienda Pública ingresaba en los años del boom inmobiliario. Según publica ElEconomista.com, hasta abril ambos tributos han supuesto 2.317 millones de euros, un 13,5 % más que el año pasado y casi un 30 % de lo presupuestado para todo el ejercicio.

Lejos queda 2006, cuando las comunidades autónomas obtuvieron 18.571 millones de euros gracias a Eran otros tiempos, en los que se registraban casi medio millón de transacciones de vivienda de segunda mano, sujetas a Transmisiones Patrimoniales, y 800.000 en total, que pagan Actos Jurídicos Documentados.

Se nota en estas cifras la moderada recuperación del mercado inmobiliario. En los cuatro primeros meses del año, la compraventa de viviendas ha crecido un 15,8 % frente al mismo periodo del año pasado, con especial mejoría de la segunda mano (21,9 %), lo que redunda en Transmisiones Patrimoniales. La vivienda nueva no ha cogido aún esta senda alcista y acumula una caída interanual del 3,4 %, pero este descenso no afecta a este tributo sino al IVA, el impuesto que paga la vivienda nueva. A lo largo de esta década de pinchazo del ladrillo, la recaudación de las comunidades autónomas se ha resentido de la crisis inmobiliaria. De hecho, en 2008, el primer ejercicio en el que se mostró el estallido del ladrillo, la recaudación apenas sumó 10.044 millones de euros, 7.800 menos de lo presupuestado.