La nueva producción hipotecaria de la banca podría caer un 30% este año por el cambio de hábitos y opciones impuestas por el confinamiento a la población, aunque crecerá más de lo previsto en la concesión a empresas gracias a las facilidades abiertas por la banca y las líneas de avales del ICO.

Son las estimaciones de Bankia y contrastan con el aumento del 7% que auguraba a principio del ejercicio para el conjunto del sector con el que habría superado el 2-3% de avance registrado en 2019 cuando la contratación se vio afectada por los cambios normativos con la reforma hipotecaria.

Así lo aseguró el consejero delegado del banco, José Sevilla, durante la presentación de resultados correspondiente al primer trimestre cuando Bankia redujo un 54% su beneficio tras destinar 125 millones a provisiones para potenciales deterioros por la crisis.

El negocio crediticio del banco aún aumentó en 200 millones netos en el primer trimestre frente al cierre de 2019 y 400 millones en la comparativa interanual gracias al fuerte auge en enero y febrero que el estado de alarma paró en seco después.

En hipotecas, por ejemplo, la nueva producción aumentó un 5,5% interanual gracias a que en enero y febrero subía un 10%, pero en marzo cae un 6% y colapsa al 60% en abril. “Esperamos que a medida que la sociedad vaya volviendo a la normalidad estos ritmos de producción hipotecaria vayan cogiendo ritmos también más normales”, aseguró.