Árima Real Estate obtuvo un beneficio neto declarado de 10,5 millones de euros en 2022, lo que supone un recorte del 60% respecto a las ganancias obtenidas en 2021, como consecuencia de la menor revalorización de sus activos en 2022 frente al año anterior.
En concreto, la variación de este valor aportó 13 millones de euros a los resultados, frente a los 29 millones de euros de 2021, partiendo en ambos ejercicios de un beneficio recurrente negativo del entorno de los 2 millones de euros, según consta en su cuenta de resultados.
La socimi cerró 2022 con un valor de su cartera de activos de 380 millones de euros, un 11% superior desde diciembre 2021 en términos comparables y un 30% sobre la inversión total realizada.
En el lado operativo, los ingresos brutos por el alquiler de sus espacios se impulsaron un 20%, hasta los 6,2 millones de euros, lo que permitió un descenso en el resultado bruto de explotación (Ebitda) negativo de -1 millón de euros del año anterior, hasta los -552.000 euros de 2022.
En este periodo, Árima alcanzó una cifra récord de alquiler, con 16.200 metros2 nuevos firmados, y un incremento de renta del 156% de media en los activos reformados. La ocupación creció un 10% y los ingresos por renta anualizados fueron de 9,6 millones de euros, un 80% superiores al periodo anterior.