El Corte Inglés ha estrenado nuevo equipo directivo liderado por Jesús Nuño de la Rosa. La corporación ha superado, tras meses de luchas en el accionariado, la crisis iniciada cuando las familias de toda la vida se enfrentaron a Dimás Gimeno, el sucesor del sucesor del fundador.
Pero la crisis de los grandes almacenes es mucho más que un conflicto familiar. Es la crisis de supervivencia de un monstruo comercial, durante años la empresa más valorada de España, ante el reto de los nuevos tiempos: comercio electrónico, distribución masiva e inmediata, márgenes comerciales que se estrechan y no se controlan, promociones en canales alternativos, declive de las grandes superficies, centros comerciales cada vez menos comerciales y más de ocio…
En esta tesitura crucial se ha celebrado la Junta de Accionistas en la que se aprobaron las cuentas del ejercicio 2017. Las cuentas, cómo no, resplandecen. El Grupo aumentó su beneficio neto un 25% hasta los 202 millones, con una cifra de negocios de 15.935 millones. El ebitda fue de 1.054 millones, un 7,4% más que el año anterior.
Nuño de la Rosa se estrenaba como nuevo responsable y su intervención fue seguida con el máximo interés, no solo por los accionistas, lo cual es lógico, sino por periodistas y público en general, ávidos siempre de conocer los derroteros por los que va a deambular uno de los buques insignia de la economía española.
Un consejo más profesional
El nuevo presidente no se anduvo con eufemismo y, para satisfacción de todos, ofreció los datos precisos y señaló con claridad las estrategias. “Nuestra prioridad es consolidar la unidad como norma fundamental y base de nuestra fortaleza. Unidad en el Consejo de Administración. Unidad en la dirección de la empresa. Unidad de nuestros empleados y colaboradores”, señaló Jesús Nuño de la Rosa. “Queremos que esa unión, que forma parte de nuestra cultura empresarial, sea percibida por nuestros clientes, nuestros proveedores, por las instituciones, y por supuesto, por los accionistas”.
El mensaje, por supuesto, fue bien recibido por los accionistas que votaron mayoritariamente a favor de las propuestas formuladas por el Consejo de Administración respecto de los asuntos incluidos en el orden del día. Así, durante la Junta General Ordinaria se aprobaron con más del 99% de los votos todos los acuerdos del orden del día. Lo mismo ocurrió con las Cuentas Anuales, el Informe de Gestión, la propuesta de aplicación de resultados, y el Informe no Financiero, correspondientes al ejercicio 2017/18. También se aprobaron las renovaciones de tres consejeros y el nombramiento de otros dos nuevos.
En esta nueva etapa, El Corte Inglés apuesta también por la profesionalización del Consejo de Administración y el avance hacia las mejoras prácticas del gobierno corporativo. Y junto a ello, la reordenación del Consejo de Administración, con un doble objetivo: tener representados a todos los accionistas relevantes, e incorporar consejeros independientes que refuercen la profesionalidad del Consejo.
Por eso propuso, y fue aprobado, la vuelta al órgano de administración de Corporación Ceslar (la representante de la familia), representada por Carlota Areces. También se aprobó la incorporación de Fernando Becker, catedrático de Economía y gestor de amplia experiencia, como consejero independiente. Su entrada al órgano de gobierno, supondrá una mayor profesionalización del Consejo y un nuevo avance en gobierno corporativo.
Como consecuencia de estas incorporaciones, el Consejo de Administración de El Corte Inglés se amplía a once miembros, tras la renovación de Florencio Lasaga, Carlos Martínez Echavarría y Cartera Mancor, representada por Paloma García Peña.
Una nueva estrategia comercial
El presidente explicó explicó también la puesta en marcha de un plan estratégico para el negocio de Retail que tiene como objetivos “aprovechar las fortalezas que nos diferencian de nuestros competidores, y detectar oportunidades de mejora en un entorno cada vez más complejo”. Y señaló los tres ejes de este plan: “primero, somos el gran escaparate de las marcas, incluidas las nuestras propias; segundo, la omnicanalidad como objetivo fundamental; nuestras tiendas, físicas u online, deben ser las mejores; y tercero, la internacionalización como palanca que complemente nuestra actividad actual”.
También señaló que “hoy carece ya de sentido hablar de ventas online y off-line. Los consumidores requieren experiencias integradas entre el canal físico y el digital, sin fricciones, con idéntico acceso a catálogo y oferta comercial. Se trata de una transformación cultural porque ya no existe un negocio físico y otro online, sino un único negocio integrado”.
En cuanto a la internacionalización, dijo que “la globalización tiene que ser una de nuestras grandes aspiraciones porque tenemos marca, tenemos producto, tenemos servicio y, sobre todo, tenemos vocación de estudiar oportunidades fuera de España”. Asimismo, Nuño de la Rosa puso en valor la oportunidad que ofrece la base de datos de clientes y el potencial que deriva del turismo de compras.
Nuño de la Rosa se refirió, por último, a los compromisos que la empresa tiene con el cliente y con la sociedad: “surtido, especialización, servicio, calidad y garantía. En definitiva, diferenciación e innovación en todas nuestras áreas de actuación”.
En resumen, El Corte Inglés, un enorme ejército comercial con más de 90.000 empleados, varios miles de proveedores y millones de clientes; tiene que seguir manteniendo su imagen de prestigio, dentro y fuera de nuestras fronteras. Y eso solo lo puede lograr si es capaz de equilibrar los valores que le han hecho llegar hasta aquí, al tiempo que afronta con decisión los retos que imponen los nuevos tiempos.