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España es uno de los países de la UE con mayor proporción de residentes nacidos en el extranjero

    En enero de 2024 se ha alcanzado la cifra más alta registrada de residentes en España nacidos en el extranjero, 8,8 millones de personas, según los datos de la Estadística Continua de Población, analizados por Funcas en el último Focus on Spanish Society. Esta cifra supone el 18,1% de la población, un punto porcentual más que en 2023, repartida de forma muy desigual entre las comunidades autónomas.

    Los porcentajes más elevados corresponden a Islas Baleares (27%), Cataluña y Madrid (24%), Melilla (23%), la Comunidad Valenciana y las Islas Canarias (ambas 22%). Las comunidades con los porcentajes más reducidos son Extremadura (6%), Asturias (10%), Castilla y León y Galicia (11%).

    En el contexto europeo, España se encuentra en el grupo de países con una proporción más elevada de inmigrantes. En 2023, el porcentaje de población nacida en el extranjero en el conjunto de países de la Unión Europea ascendía, según datos de Eurostat, al 13,3%.

    España, con un 17,1% de residentes nacidos en el extranjero en 2023, se situaba ese año (último disponible en Eurostat) a corta distancia de países con una larga tradición de acogida de inmigrantes, como Suecia (20,4%) y Alemania (19,5%), y por delante de Francia (13,1%) y del resto de países del sur de Europa (Portugal: 16,1%; Grecia: 11,3%; Italia: 10,9%).

    Entre las personas de origen extranjero residentes en España, aproximadamente cuatro de cada diez (42%) cuentan entre 25 y 49 años, un tramo que, dentro de las edades laboralmente activas, concentra al grueso de la población activa de cualquier sociedad.

    Esta cifra sitúa a España entre los países europeos con una mayor proporción de personas de entre 25 y 49 años nacidas en el extranjero (sobre el conjunto de la población de origen extranjero), por encima de la media europea (37%), aunque por debajo de Dinamarca (44%), República Checa (46%) y Finlandia (49%).

    La inmigración desempeña un papel cada vez más importante tanto en el mercado laboral como en las estructuras sociodemográficas de las sociedades europeas. El peso y la composición por edades de los inmigrantes refleja no sólo el potencial de estas sociedades para atraer nueva población, sino que también plantea la necesidad de establecer una discusión pública sobre las implicaciones a largo plazo para las sociedades envejecidas en términos de integración, ajuste del mercado laboral y protección social.

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