Ayer se celebró INMODATA 2022, I Foro Inmobiliario de Inversores y Operadores de Centros de Datos, dedicada al mercado inmobiliario de data centers. La jornada fue presentada por José María Álvarez, presidente de CESINE Editorial. La inauguración corrió a cargo de Paloma Martín, consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid.
En su intervención, la consejera aseguró que el Ejecutivo regional está elaborando un plan regional de atracción de data centers para dar respuesta a la creciente demanda de este tipo de proyectos. Aseguró también que la Comunidad de Madrid ha identificado una veintena de parcelas de suelo público con más de 2.000 metros2 y fácil acceso al suministro eléctrico que permiten la instalación de centros de datos, que posibilitarían albergar gran cantidad de equipamiento electrónico e informático. La mayoría de ellos se han localizado en el sur de la región, concretamente en los municipios de Fuenlabrada y Getafe.
En la jornada participaron Elliot Zounon, director Data Centers Solutions de CBRE Iberia; Francisco José Sánchez Aguilar, ingeniero de Idom; Manuel Pérez-Tabernero, Sales manager de Usuarios Finales del Sector Data Center de Schneider Electric Iberia; Carlos Garrido, Business Development manager de Cottés; y Henry Daunert, vicepresidente ejecutivo de AQ Computer-Aquila Capital; todos ellos moderados por Orson Alcocer, socio de Real Estate de DLA Piper.
En la primera ponencia, titulada “Mercado inmobiliario de data centers. Oportunidades para inversores en España”, Elliot Zounon destacó los tres factores que hacen de la Península Ibérica un destino excelente para la inversión en centros de datos: tiene una posición geográfica estratégica, la inversión inmobiliaria es atractiva y la estructura de conexiones digitales es de las más potentes del mundo.
La segunda ponencia, “Ingeniería y construcción de data centers. Claves para la rentabilidad y viabilidad técnica de las instalaciones”, corrió a cargo de Francisco José Sánchez y, estuvo dedicada a la búsqueda de la eficiencia energética y la sostenibilidad en este sector. Ambas se consiguen cuando se marcan como objetivo durante todo el proyecto, desde que se decide la localización, en el diseño arquitectónico y de ingeniería, y durante todo el proyecto.
“Energía y data centers. Sostenibilidad y Microgrids para la gestión activa de la energía” fue el título de la tercera intervención. En ella, Manuel Pérez-Tabernero, destacó que los centros de datos deben ser eficientes, optimizando el coste, velocidad, espacio y el capital; para incrementar el retorno de la inversión. También deben adaptarse con facilidad a las nuevas tecnologías, y ser resilientes y sostenibles, cumpliendo las necesidades del negocio sin comprometer el futuro.
Carlos Garrido fue el protagonista de la cuarta intervención con la ponencia “El reto de la protección contra incendios en data centers. Causas, riesgos y soluciones específicas e innovadoras”. Aseguró que, en cuanto al riesgo de incendio, los centros de datos deben considerarse instalaciones críticas y que la estrategia de protección se basa en el diseño de los sistemas, las instalaciones y el mantenimiento. Los objetivos de esta estrategia deben ser la continuidad de las operaciones, minimizar daños a los bienes, mantener los datos a salvo, reducir el daño ambiental y prevenir daños personales.
La última intervención, titulada “Modelos de inversión en data centers. Cómo el conocimiento experto puede ayudar al capital” fue la de Henry Daunert, quien destacó dos datos que auguran un futuro excelente para el mercado de data centers: el tráfico global de datos crecerá un 5000% hasta 2030, lo que supondrá que la inversión mundial en centros de datos del 600% en ese mismo periodo.
La Península Ibérica tiene condiciones para ser una referencia en este mercado por varios motivos: es deficitaria en centros de datos y en la actualidad solo el 60% de los datos que se reciben proceden de centros situados en el exterior. Por otro lado, está estratégicamente situada para la istalación de cables submarinos que alcancen el otro lado del Atlántico; cuenta con una buena infraestructura de energías renovables; y ciudades con un desarrollo óptimo para este tipo de instalaciones (Madrid, Barcelona, Lisboa, Málaga, Bilbao, Valencia, Oporto).